CENTRO MAGAZINE
artículos Psicología

El duelo, tiempos de pérdidas

Por: Mtra. Karla Vanessa Cárdenas
Mtra. En Ciencias del Comportamiento
con orientación en Neurociencias

Desafortunadamente la situación actual nos ha obligado a vivir de forma muy apresurada pérdidas sensibles de personas amadas…sin aviso y sin preguntar si estamos listos para vivir un duelo. La palabra duelo proviene etimológicamente de la palabra latín dolus (dolor); es un proceso psicológico de adaptación mental, emocional y conductual a una nueva realidad.
La intensidad y duración son proporcionales a la dimensión y significado de la pérdida, por lo tanto, solo el doliente conoce la importancia de su pérdida.
Evitemos entonces asignar el dolor “que debe” experimentar el doliente. Ejemplos: “Pero si falleció tu hermana no tu mamá”, “A tu mamá no le lloraste tanto”, “A tu papá le lloraste más que a tu mamá”. “A tu mascota le has llorado más que a un familiar”. Estas frases comunes, ni son empáticas ni mucho menos ayudan. ¿Quiénes somos para decirle al otro lo que debe sentir? El acompañar al doliente no es tan difícil, pero sin duda, implica haber resuelto nuestros propios duelos, de lo contrario, nos va a angustiar el dolor del otro y se buscará controlarlo, diremos “No llores” o “Ya pasó mucho tiempo para que estés así”.
Es importante diferenciar el duelo natural del patológico, siendo la duración del duelo natural de 6 a 12 meses. Éste se manifiesta en cinco fases de acuerdo a la psiquiatra Elisabeth Kübler-Ross:
Fase de Negación. Negarse a sí mismo o al entorno que ha ocurrido la pérdida.
Fase de Enfado, Indiferencia o Ira: Estado de descontento por no poder evitar la pérdida que sucede. Se buscan razones y culpabilidad.
Fase de Negociación. Negociar consigo mismo o con el entorno, entendiendo los pros y contras de la pérdida.
Fase de Dolor Emocional (o depresión). Se experimenta tristeza por la pérdida. Pueden llegar a sucederse episodios depresivos que deberían ceder con el tiempo.
Fase de Aceptación. Se asume que la pérdida es inevitable. Supone un cambio de visión de la situación sin la pérdida; siempre teniendo en cuenta que no es lo mismo aceptar que olvidar.
El tema de duelo es muy amplio, no solo es un proceso que está implicado en el fallecimiento de un ser querido, sino cualquier tipo de pérdida significativa para el doliente: una relación de pareja, amistad, económica, trabajo, proyecto, salud, cambios de estilo de vida como la jubilación, entre otras. Desde nuestro nacimiento, las pérdidas son la experiencia más frecuente a lo largo de nuestras vidas, negarlas u ocultarlas obstaculiza el aprendizaje de cada una de ellas, todas nos invitan a un cuestionamiento personal o un aprendizaje. Todos, absolutamente todos vivimos nuestros propios duelos, la diferencia entre unos y otros dolientes es lo que aprendemos de ellos.

Dedicado al Dr. Luis Arturo Ramírez Lomelí, QEPD. Mi amigo y maestro en Salud Mental.

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