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AgroNotas

Crece la ruta del lago: agricultura de berries, uva y vinos.

Aunque el Valle de Guadalupe en Baja California siga siendo la región y ruta vinícola más famosa de México, hay otros destinos enológicos en Querétaro, Aguascalientes y Guanajuato.

Si bien las rutas del vino marcan un sello de regiones dedicadas a la producción de uva para hacer vino, una nueva se está creando y desarrollando en la ribera sur del lago de Chapala. Les relatamos para los lectores de la Revista Centro estas experiencias.

En San Luis Soyatlán, una pequeña población camino al pueblo mágico Mazamitla, a la orilla de la laguna, despunta por su creciente agricultura de berries, pero también por una nueva actividad rural que ya atrae al enoturismo e inversiones: la viticultura.

Ya se observa esta actividad en la finca La Estramancia y en el rancho el Tejón que visité, Ahí fui atendido por Serapio Ruiz, Lupita su esposa y Silvia Penski quienes están impulsando el cultivo de uva y produciendo vino de alcance artesanal cuyas características les permite procesarlas y transformar las uvas tintas y blancas que están plantadas y desarrollándose.

Serapio un hombre de San Luis Soyatlán que emigró a Estados Unidos para trabajar en los campos agrícolas de ese país, desde 1977 se insertó en el conocido Valle del Napa de California, donde aprendió todos los trucos y labores de cómo plantar, cómo varetar, cómo cosechar (vendimiar) y cómo procesar la uva.

“Desde que me tuve que ir a trabajar por la necesidad económica, prometí regresar a mi pueblo de origen y desde que lo logré, en mi rancho, hago lo que allá. Estoy haciendo lo que siempre estaba seguro: que se podía cultivar uvas y hacer vino por las condiciones climáticas y de suelos, así que en esto estamos, con motivación ya que habremos personas que impulsamos la viticultura de gran potencial en este corredor de la ribera sur del lago”, expresa Serapio.

Tanto Silvia como Serapio han estudiado y analizado las condiciones de esta microrregión del municipio de Tuxcueca. Dicen que aquí se cubren las necesidades básicas para el cultivo de la vid como climáticas muy concretas en cuanto a temperatura, iluminación y precipitaciones. “Es cierto que muchas variedades son resistentes a la sequía, otros a las heladas y otras requieren pocas horas de luz para su correcta maduración” menciona Serapio.

Silvia, una mujer muy emprendedora que acompaña el trabajo de esta viña, dice que se considera alumna de Serapio y vinicultora guiada por su experiencia. “Yo me enfoco más cuando la fruta ya está lista para convertirla en vino, esa es mi labor”
El hacer vino tiene ciertas bases; es diferente en cada zona en la que hay crecimiento vinícola, no se puede copiar un concepto de un lugar a otro. Cada terreno, cada espacio da la pauta y se expresa en vinos. Eso es lo que están haciendo en este lugar que ya se identifica como una nueva zona vinícola. “Tenemos dos cosechas en el año, una en julio y otra diciembre-enero, los blancos se adelantan en diciembre y los tintos en enero. Hacemos poda cuidadosa y le damos trato, ya que las fertilizaciones las hacemos a lo que se necesita, con control en la hoja, en sus espacios. No solo es echar fertilizantes y químicos”, comentan.

Cepas de uva cultivadas. – Dice Silvia que, en tintas, hay variedades que se dan bien en las dos cosechas del año y otras con tendencia a crecer mejor en una sola cosecha que son cabernet sauvignon, cabernet franc, malbec, merlot, garnacha tinta, tempranillo y se han hecho experimentos con el pinot noir, nebiolo, carineanay sangioevese. “Tenemos uvas blancas como sauvignon blanc, chardonnay, garnacha blanca, malvasía, trebbiano, viognier, viura y greco di tufo. Vengan a San Luis a conocer estas uvas, están abiertas las puertas del rancho a quien desee probar el vino de las uvas que se cortan de 20,000 plantas en casi 6 hectáreas”.

Dice Silvia que están combinando la tendencia mundial de hacer lo más natural posible la elaboración del vino respetando el “terroir” en este corredor de más o menos 11 kilómetros con zonas arcillosas y con piedra volcánica que dan notas diferentes al proceso final del vino. “Quien tiene experiencia, se puede dar cuenta que una misma variedad tiene diferentes expresiones”.

Así que la vid, que es una planta noble, con varios poseedores del cultivo es impulsada a que crezca en esta microrregión; aún con los cambios climáticos que ha habido, están abriendo espacios para su crecimiento. Donde no se creía que fuera posible, esperan que no solo crezca, sino que se consolide esta nueva ruta de las berries y del vino: la “ruta del lago”.

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