La responsabilidad y el compromiso son valores que guían a Agustín Medinilla en su trabajo que diariamente desarrolla produciendo berries en su rancho “El Capricho” por la ribera sur del lago de Chapala.
La dedicación que pone a estos cultivos, lo convierten en productor destacado y es reconocido por la calidad de sus frambuesas para proveer a la industria que lo apoya en esta tarea productiva. Tuve la oportunidad de conversar con Agustín y esto les trasmito a los lectores de la Revista Centro:
“El trabajo que hago, comenzó con la tendencia orgánica y que, entre otros criterios de este concepto productivo, es que el campo sea sustentable. En este rancho, no disponemos de energía eléctrica por lo que basamos todo en física y gravedad, cuidamos los recursos naturales y especialmente el agua para su uso”, dice Agustín.
A Agustín le apasiona el campo, por lo que cada día se esfuerza por causar un impacto positivo en esta zona, ya que además de dar empleo a muchas personas que viven en pequeñas localidades, también se preocupa por cambiar su mentalidad, logrando así un equipo de trabajo unido y solidario.
“Sabemos que el tema humano y laboral es complicado… ¿qué hacemos?, optimizar a la gente, la motivamos para que puedan realizar bien el trabajo, sus funciones y ofrecer condiciones laborales atractivas; esto da resultado”; comenta.
“Este es un negocio donde se le invierte mucho, donde nos esforzamos y sacrificamos para dar de nosotros lo mejor; siempre hemos tenido la tendencia de vender calidad, inocuidad, una fruta que de simple vista se haga el deseo de comerla y que lo harás con confianza. Es nuestra filosofía y política. Y de ahí hay un respaldo hacia atrás, del como cuidamos a nuestra gente y el ambiente, como cuidamos que el negocio sea sostenible, no solo de corto plazo”.
Agustín gusta de trabajar con personas responsables que compartan sus mismos valores y principios. Es innovador por su formación profesional y naturaleza, siempre está en busca de soluciones que mejoren la calidad de su campo y con satisfacción observa que sus ideas influyen positivamente en la mentalidad de las personas que interactúan en su zona de trabajo.
Las bases que han construido están en mejorar y fomentar la responsabilidad social, en capacitar y actualizándose en temas de buenas prácticas agrícolas, sostenibilidad e inocuidad… “y esto tiene un efecto económico-social ya que esta actividad además está arraigando y atrayendo gente local que de alguna manera va logrando el sustento que tanto anhela para las familias, incluso hay personas que ha optado en no irse a trabajar a Estados Unidos porque poco a poco van encontrando oportunidades en esta región, que dicho sea de paso, el crecimiento en los cultivos de las berries significa mano de obra, inversiones y condiciones laborales estables, expresa Agustín a los lectores estas bondades que el campo ofrece.