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Psicología

Marzo… el recién pasado mes de la mujer

Mundialmente, el día 08 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, institucionalizado desde 1975 por las Naciones Unidas. Sin embargo, no se logró por sí solo, en realidad la primera celebración se realizó en Dinamarca desde 1911. Así mismo, ha existido una lucha durante siglos en todo el mundo a través de movimientos sociales ancestrales; por ejemplo, hasta donde sabemos, en el año V a.C., Hipatia quien fuera griega destacada en filosofía, matemáticas, astronomía y ciencias exactas, fue perseguida por su emancipación y libertad intelectual. En España, en 1910, las mujeres pudieron acceder a la Enseñanza Superior…en fin, existen infinidad de hechos históricos que anteceden al reconocimiento del Día Internacional de la Mujer y a algunos derechos reconocidos en la actualidad y que probablemente no nos habíamos cuestionado cómo fueron defendidos.

La realidad descrita anteriormente, no es diferente a la actual. Se ha promovido recientemente el movimiento #UnDíaSinMujeres que consiste en un paro nacional el 09 de marzo. Según el Centro de Investigación de la Mujer en Alta Dirección (CIMAD) se paralizaría por lo menos el 40% del personal de las empresas del país, representando una pérdida de más de 26 mil millones de pesos, quedando con ello en evidencia la gran fuerza económica que representamos las mujeres.

No obstante, el movimiento de cambio social no solo debe promoverse desde la participación económica que ejercemos, sino también desde nuestros hogares, nuestras relaciones de pareja…y más aún, desde nuestro propio género, porque en algunas ocasiones no es así. ¿Ejemplos? Desde nuestros hogares: “Atiende a tu hermano”, “Él puede hacerlo, pero en ti hija se ve mal”, “Es que tú debes saber realizar actividades del hogar porque eres mujer”. Desde nuestras relaciones de pareja: “En esta relación parece que yo soy el hombre”, “Mi pareja me cela porque me quiere”, “Le voy a pedir permiso a mi pareja para trabajar”. Desde nuestro propio género: “A esta casa le hace falta una mujer”, “Ella no atiende bien a su pareja…No atiende bien a sus hijos”, “A su edad, ¿por qué se viste así?”. En ninguno de estos ejemplos ni se observa equidad ni se observa respeto, más bien se observa violencia. Si buscamos una mejora social en el tema de la violencia, se debe analizar desde una perspectiva integral. En el aprendizaje social de la violencia participamos ambos géneros.
Por otro lado, es importante involucrar al género masculino en los movimientos sociales, de hecho, a lo largo de la historia han participado también. ¿Qué quiero expresarles con ello?, evitemos los pensamientos erróneos generalizados de género, porque de lo contrario, estaríamos ejerciendo violencia de género, lo mismo que decimos que queremos erradicar.
Los invito a reflexionar día a día, a manera de higiene mental, ¿De qué manera promuevo la violencia? ¿De qué manera refuerzo la violencia? ¿Qué creencias erróneas machistas promuevo? Si queremos un cambio, modifiquemos creencias, modifiquemos conductas.

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